¿Qué pasó con Twin Peaks? ¿Por qué la primera gran serie jamás poducida perdió fuelle espantando a muchos de sus seguidores hasta que tuvo que ser cancelada al final de la segunda temporada?
La primera temporada es impecable. Cada capítulo es una joya, una obra maestra. Para mi gusto, aún no se ha superado esta soberbia muestra de maestría y genialidad como nunca antes se había visto en la pequeña pantalla.
La segunda temporada empezaba al mismo nivel, con un primer capítulo de temporada magistral. Sin embargo, sus autores decidieron que habían tenido suficiente. Mark Frost y David Lynch dejaron la serie en manos de nuevos guionistas y realizadores para embarcarse en nuevos proyectos. Cerraron la trama principal, el asesinato de Laura Palmer,
con la detención y muerte de su asesino (obligados por la cadena, por cierto) y dejaron sembrada la que
ellos pretendían que fuera la nueva gran trama, el enfrentamiento entre
Cooper y Windom Earl.
Sin
embargo, los nuevos guionistas no entendieron nada. Se dejaron llevar
por el género al que Twin Peaks pertenece, la soap opera, y comenzaron a
desarrollar tramas como la femme fatale que atrapa a James Hurley o el enamoramiento entre Mike y Nadine. Puro culebrón. Simplemente pensaron que Twin Peaks era una telenovela "rara". Y, encima, se olvidaron de Windom Earl, la trama que dejaron sembrada sus creadores originales.
Este desaguisado duró cinco o seis capítulos.
Lynch y Frost tuvieron que regresar y retomar la batuta de la serie
antes de que se hundiese del todo. Pero ya era tarde: sus fans,
decepcionados, habían abandonado la serie y las críticas se volvieron
tremendamente duras.
En efecto, en los últimos capítulos, la serie vuelve a elevar su interés, los personajes dejan de hacer estupideces sin sentido (por no entender los anteriores guionistas que los personajes no hacían cosas raras simplemente por azar o por dar la nota) y todo vuelve a coger empaque, ya que, en efecto, la trama de Windom Earl, si bien no está a la altura de la soberbia
trama de Laura Palmer, al menos es mucho más enigmática e interesante
que las pamplinas que tuvimos que aguantar durante seis destartalados
capítulos.
Y así acabó la que fue la primera gran serie de la televisión.
Una pena.