En nuestros tiempos hay una cosa evidente, y es que los héroes del cómic son a la sociedad contemporánea lo que los héroes mitológicos a la antigua sociedad griega o romana. Son exactamente lo mismo, grandes héroes con grandes poderes cuyas historias se cuentan una y otra vez, a veces con matices diferentes pero manteniendo la esencia.
Lo que para los griegos suponía Hércules, o Aquiles, o Ulises, hoy son Batman, Spider-man o The Hulk. Su simbología permanece intacta y ambos tipos de héroes mitológicos poseen las mismas funciones de cara a la sociedad.
Y si Esquilo u Homero son los Spielberg o Raimi contemporáneos, el otro día, viendo por tercera vez “The Dark Knight” me preguntaba, ¿qué equivalente encontraría con Christopher Nolan?
Dudo que Nolan hubiese ganado ninguna Dionisíaca de la misma manera que dudo que le den ningún Oscar (su equivalente contemporáneo). Nolan es, como Sófocles, de los que deslumbra al público, peo a diferencia de aquél, no suele obtener galardones que premien su tarea.
La comparación de Nolan con Sófocles no es casual. Si el dramaturgo de Colono es considerado uno de los grandes contadores de tragedias de todos los tiempos, Nolan ha demostrado no quedarse atrás. ¿Esta comparación irrita? Vale, con Nolan falta el examen del tiempo, pero en cuanto a la prolijidad ambos andan parejos. Aunque Sófocles fue muy prolífico, apenas nos han llegado obras suyas (no llegan a la docena) y sólo por ellas lo idolatramos (me incluyo, eh, que conste, que “Edipo Rey” sigue siendo insuperable). Pero hasta haber llegado a su propio “Edipo Rey” con ese héroe mitológico llamado Batman, Nolan ya había demostrado su capacidad para la tragedia en obras como “Memento”, “Insomnia” o “The Prestige”.
Al haber encontrado su propio Edipo en Batman, Nolan ha convertido al caballero oscuro en uno de los grandes trágicos de todos los tiempos. Y no lo digo yo, lo dicen los críticos, el público... ya veremos lo que dicen los premios de la temporada.
Así, si “Batman Begins” es tan soberbia aunque imperfecta como “Edipo en Colono”, “The Dark Knight” es un digno equivalente contemporáneo de “Edipo Rey”.
Falta, lo sé, el examen del tiempo.
Y para eso, sólo podemos sentarnos a esperar.
miércoles, 10 de septiembre de 2008
martes, 2 de septiembre de 2008
¿Dónde has ido de vacaciones?
¡A ninguna parte! Joder qué pesados. Como si no hubiese otra pregunta que hacer el 1 de septiembre. Todo el mundo preguntando la misma monserga, ¡ni que trabajase en una droguería!
Pues no, no he estado de vacaciones. Me he pasado medio verano rodando y el otro medio montanddo. Por suerte o por desgracia, cuando eres realizador y guionista free lance sólo puedes hacer una cosa: trabajar. Porque lo mismo el mes que viene me tengo que tomar unas vacaciones forzosas y entonces tendré que comer (porque tengo la mala costumbre de comer tres veces al día, ¡y a veces hasta cuatro!) con lo ahorrado en los meses en que no me he ido a Matalascañas.
Que ésa es otra.
¿Y a dónde coño voy en verano? Las playas son un asco, en todos los sitios donde se supone que la gente “escapa” en vacaciones hay un colapso total de “huidos”. Al final acabas yendo a la playa para compartir sombrilla con tu jefe. ¿Pues no es mejor unas vacaciones en tu ciudad, en los sitios de siempre, solo que sin la preocupación de tener que recorrerlos sin prisas ni presiones? Levantándote a las tantas, comiendo cuando tienes hambre y visitando el centro porque, ¡increíble! hasta se puede aparcar allí.
Además, para mí el rodaje de este verano ha sido casi como unas vacaciones. Vale, me tenía que levantar a las 7, pero más o menos es la hora a la que te tienes que levantar en Chipiona si quieres coger sitio para tu sombrilla.
Por lo demás, ha sido un gustazo de rodaje, rodeado de gente de lo más profesional y eficiente (quitando alguna oveja negra, que siempre tiene que haberla para darle algo de vida a estos encuentros-convivencias a los que llamamos rodajes).
Lo que he dirigido, que hasta ahora lo llamaba erróneamente video clip (más bien es un cortometraje musical... ¡de 25 minutos de duración!), prácticamente se ha hecho solo. Si tienes la suerte de contar con un director de fotografía genial, un director de arte inspirado y una jefa de vestuario en estado de gracia, ¿qué pintaba yo allí? Nada, simplemente me ponía ante el monitor y me dedicaba a disfrutar de lo que estos genios me servían.
Vale, yo algo he hecho, decirles a todos lo que tenían que hacer y cómo hacerlo. Pero, una vez asignadas las tareas, (casi) todos las han llevado a cabo tan bien, que en efecto siento que he pasado un mes de vacaciones en lugar de trabajando. Espero que esto no lo lean los que me pagan.
Y, además, he vuelto para encontrarme que el largometraje de animación en el que estamos trabajando ya tiene hasta cartel y todo. Y fecha de estreno, aunque apostaría mi oreja izquierda a que esa fecha es tan plausible como la que dio aquel diseñador para que la MIR cayese sobre París.
Y, además, este verano he visto “Wall-e” y “The Dark Knight”. ¿Qué más puedo pedir al verano? ¿Vacaciones? ¿Y eso qué es?
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