Habitualmente, las películas parten de una IDEA.
¿De qué habla una película? Tal vez “del racismo”. Pero claro, ¿en qué sentido? ¿Bajo qué prisma? ¿Desde qué postura?
Un guión siempre parte de una premisa (o idea dominante, que diría Robert McKee, o pensamiento, que la llamaría Aristóteles, o punto de vista, según otros). Antes de empezar a escribir nada el guionista necesita saber de qué va a hablar. Entonces establece una premisa (así la llamaré en esta entrada, siguiendo el ejemplo de los dramaturgos Lajos Egri e Irving Bakler).
La premisa ha de ser clara y concisa, es decir, una película no puede tratar sobre el “racismo”, sino sobre un racismo concreto con unas consecuencias específicas. O sea, la premisa no puede ser: “La película habla del racismo.” Hemos de transfo
rmar esa afirmación en una frase más concreta: “La película cuenta que el racismo es negativo.” Precisemos más: “Considerar a determinados seres humanos inferiores nos lleva a la destrucción.” Precisemos aún más: “Una persona que piensa en su superioridad con respecto a otras razas terminará destruido por esa misma idea.” Esto sí se parece más a una premisa. Romeo y Julieta no trata del amor, sin más; esta obra nos dice que “el amor traspasa todas las barreras, incluida la muerte”. Ésa es la premisa de la obra. Chinatown no sólo trata de la corrupción, de forma vaga o general, la premisa es muy clara y concreta: “tienes que ser rico para poder cometer crímenes impunemente”. Eso es una premisa.
rmar esa afirmación en una frase más concreta: “La película cuenta que el racismo es negativo.” Precisemos más: “Considerar a determinados seres humanos inferiores nos lleva a la destrucción.” Precisemos aún más: “Una persona que piensa en su superioridad con respecto a otras razas terminará destruido por esa misma idea.” Esto sí se parece más a una premisa. Romeo y Julieta no trata del amor, sin más; esta obra nos dice que “el amor traspasa todas las barreras, incluida la muerte”. Ésa es la premisa de la obra. Chinatown no sólo trata de la corrupción, de forma vaga o general, la premisa es muy clara y concreta: “tienes que ser rico para poder cometer crímenes impunemente”. Eso es una premisa.
La premisa de El Cazador es “Salvamos nuestra propia Humanidad cuando dejamos de matar a otros seres vivos”. Y el propio Sidney Lumet en su libro “Así se hacen las películas” desmenuza una a una las premisas de todas su películas. Por ejemplo, El Príncipe de la Ciudad (cuando intentamos controlar las cosas, las cosas terminan por controlarnos) o El Mago (tu casa, en el sentido de conocimiento propio, está dentro de ti).
Así que, ¿cuál sería la premisa de El Caballero Oscuro? ¿Y la de la trilogía de El Señor de los Anillos? ¿O la de Salvar al Soldado Ryan?
Bueno, ésta última la desmenucé aquí hace tiempo.
¿Cuál dirías tú que es la premisa de la película de Shyamalan El Bosque?
Te la cuento en otro post, que éste ya se ha hecho largo...
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