Que ya sé que yo aquí vengo a hablar de
cine, pero hoy quiero hablar de un libro. No del mío, que de ése ya daré la
lata por activa y por pasiva en el futuro cercano, sino de este otro:
"Kilo arriba, kilo abajo", así
se llama la primera (porque aventuro muchas más) novela de Perra de Satán.
El problema de este libro es que está
firmado con un nick de Twitter, y eso echará para atrás a más de uno, que lo considerará
un mero producto de marketing más que una obra literaria o artística en sí.
Pero nada más lejos de la realidad, este
libro es sólo un paso natural en la carrera de la persona detrás del nick:
Beatriz Cepeda. Aunque se la conoce como bloguera o tuitera, al final será un
epíteto el que la adorne, el que de verdad merece: escritora.
A fin de cuentas, ha sido escribiendo como
ha llegado a donde está. Ha sido su ingenio para combinar palabras lo que la ha
convertido en un personaje conocido y admirado por media España –y parte del
extrarradio-; y lo ha hecho desde Zamora -que es capital de pocas cosas-, sin
usar el tirón de un avatar con algún personaje famoso -pocos tuistars tienen de
perfil una foto propia-, sin estar "apadrinada" por nadie, sin
siquiera el apoyo familiar o sin el fácil recurso de "enseñar cacho".
Escribiendo, y punto, ha logrado pasar de ser una anónima chica castellano
leonesa a una celebridad en toda regla. Por tanto, señores, llamemos a las
cosas por su nombre. Beatriz Cepeda, alias @perradesatan, es una escritora.
Punto. Y “Kilo arriba, kilo abajo”, simplemente, su última obra. Porque ésa es
otra, si a Fernán Caballero la estudiamos en las escuelas, que Beatriz Cepeda
también se “esconda” detrás de un nick no la hace menos válida. Ese nick
es un pseudónimo del siglo XXI y punto, get
over it.
En esta obra @perradesatan habla, como a
fin de cuentas todos los artistas, de sí misma. Pasadas por el filtro del humor
y de esos espejos del Callejón del Gato que muestran una realidad deformada y
exagerada, pero realidad a fin de cuentas, la autora va narrando en episodios breves
y certeros la historia de su vida.
Y sí, el libro también tiene dibujos que
aunque a veces simplemente reiteran las ideas expresadas en los textos, suelen
complementarlas subrayando algunos aspectos de la ironía de los mismos, aunque
rara vez con la misma perspicacia (llamar Egogram a la red social que retrata,
por ejemplo, tampoco es que sea el cenit del ingenio).
Para poder hilar adecuadamente los
diversos episodios vitales sin que estos puedan parecer inconexos usa el leit
motif de una supuesta dieta para adelgazar, de nuevo, retorciendo una
circunstancia real de su vida, el sobrepeso, y jugando con ello al máximo hasta
llegar a un final con su moraleja incluida.
“Kilo arriba, kilo abajo” (no, el título
no es lo mejor del libro) además de ser divertido y leerse de un tirón con la
sonrisa permanente en la boca –y a veces, la carcajada espontánea- tiene muchas
otras cualidades, pero yo me quedo con una: personalidad artística. Cepeda
tiene lo que los grandes autores: voz propia. Lees una línea e
inmediatamente sabes quién la ha escrito, reconoces su singularidad, su ritmo, su
tono, su estilo, el de alguien que se ha forjado a 140 caracteres mientras leía a
los clásicos. Ella puede escribir lo de siempre, como nunca, como nadie. Y eso
es dificilísimo. Si pides a 100 personas que te cuenten algo, 99 lo harán de
forma muy similar, alguno querrá ir de listo y encabalgará endecasílabos, pero
en eso no consiste escribir bien. Escribir bien es ese uno por ciento que sabe
combinar las palabras exactas para transmitir algo de forma sencilla y directa, pero que a la vez lo hará de forma única e inigualable.
Justo como lo hace Beatriz Cepeda, alias @perradesatan.
2 comentarios:
Memosiono
Más verdad que un santo, ahora entiendo que Bea te tenga en un altar...
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