Siempre he preferido el ciberpunk a la ciencia ficción. Y siempre he preferido “Star Wars” a “Star Trek”. Puestos a ver ciencia ficción prefiero “Battlestar Galactica” o “Minority Report”.
La serie “Star Trek” nunca me ha gustado y de las películas me quedo con la primera (conflictos generacionales) y la quinta (conflictos religiosos).
Y ahora con la que se ha montado cualquiera dice que la nueva película de J.J. Abrams no me gusta. Pero bueno, la verdad es que me ha gustado, y mucho. Le da una patada en el culo a los revival (o intentos de revival) del abuelito Lucas: Star Wars e Indiana Jones. Sí, esto es un revival y lo demás es... demencia senil.
De qué va eso de Star Trek
1. De una nave pilotada por unos pijos en pijama.
2. Todo empieza como un chiste: un ruso, un americano, un asiático y un vulcano van en una nave...
3. ¿Mujeres? Pocas o ninguna.
4. De poner los dedos índice con corazón y anular con meñique y decir “larga vida y prosperidad”.
5. De saberse nombres como el Kobayashi Maru y que Kirk lo pasó haciendo trampas.
6. De mosquearse si en la película contradicen la talla de calcetines del suboficial segundo respecto a lo que se decía en el capítulo 8 de la quinta temporada.
Malas noticias: el suboficial es un actor, el Enterprise no existe y todo es una historia inventada por unos tipos con mucha pasta.
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