Te pasas la vida esperando. Cuando algo llega, no importa, porque ya estás esperando lo siguiente.
Mientras espero a que se estrene la versión de Pocahontas que ha hecho James Cameron, voy llevando a cabo proyectos que antes de que se acaben me parecerán ya obsoletos y estaré deseando meterme en los siguientes que-pensaré- serán más interesantes y atractivos.
Y cuando el Pocahontas con esteroides se estrene no me satisfacerá porque esteré esperando “Battle Angel” o vete tú a saber qué.
Ni los proyectos propios ni los ajenos son satisfactorios.
Siempre sigues esperando.
Después, cuando llegas a una edad en que ya no buscas a tus amigos en Facebook, sino en las esquelas, sigues esperando.
Siempre esperando.
Mientras espero a que se estrene la versión de Pocahontas que ha hecho James Cameron, voy llevando a cabo proyectos que antes de que se acaben me parecerán ya obsoletos y estaré deseando meterme en los siguientes que-pensaré- serán más interesantes y atractivos.
Y cuando el Pocahontas con esteroides se estrene no me satisfacerá porque esteré esperando “Battle Angel” o vete tú a saber qué.
Ni los proyectos propios ni los ajenos son satisfactorios.
Siempre sigues esperando.
Después, cuando llegas a una edad en que ya no buscas a tus amigos en Facebook, sino en las esquelas, sigues esperando.
Siempre esperando.
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