Ya sabes que yo siempre que me es posible veo las películas (y series) en su versión original. No por pedantería o snobismo. Que también, a quién quiero engañar a estas alturas.
Se suele decir que "toda traducción es siempre una traición" y es ese concepto el que siempre me da miedo cuando veo algo doblado. Por el camino seguramente se perderán ideas, mensajes y significados, además de las obvias interpretaciones y matices de los actores o del sonido.
¿Un ejemplo?
Un ejemplo.
La película Déjame Entrar (la original sueca de 2008) trata el tema de la homosexualidad, pero en España casi nadie se enteró. ¿Por qué? Porque traducir del sueco al castellano implica una serie de traiciones que la mayoría de las veces no importan, pero en este caso resultan esenciales para la trama.
Para empezar, Eli no es una niña, es un niño. En sueco no existe género para los nombres comunes igual que en inglés. "Amiga" y "amigo" se dicen igual. Esto es esencial. Si en castellano Eli dice "quiero ser tu amiga" ya está, no hay duda, es femenina. Pero es que en sueco la palabra "amigo", como cualquier otro adjetivo o nombre, no tiene género.
El libro cuenta cómo Eli era un niño que fue castrado a la vez que convertido en vampiro. La película trata este asunto de forma sutil, a saber:
- El nombre. Cuando Eli se presenta le dice a Oskar que se llama Eli (pronunciado como nombre masculino, que en español sería Elías). Oskar responde "¿Eli?" (pronunciado como abreviación de "Elizabeth") y ella vuelve a decir su nombre como masculino.
- La voz. La actriz que interpreta a Eli está doblada todo el tiempo (otra cosa que no se percibe en la versión doblada) por Elif Ceylan, otra actriz mayor.
- El famoso plano donde se ve la cicatriz en el pubis de Eli. Los restos de su castración.
- Varias frases de la propia (el propio) Eli: "Si yo no fuese una chica, ¿te seguiría gustando?". El espectador entiende que habla de que es un vampiro. Pero no, no dice si yo no fuera humano, dice si yo no fuera "una chica".
- La elección de la actriz, Lina Leandersson, se debió principalmente a su aspecto andrógino.
- La elección del lenguaje, muy cuidado, para que Eli nunca se refiera a sí misma/o como una chica.
- El vestuario. Eli nunca viste como una mujer... hasta que Oskar (que no se entera de nada) le tiene que prestar ropa y le da la de su madre.
Todo esto en la película, como digo, se trata de forma sutil y en la versión doblada se pierde por completo. Por ello, no sólo se pierde este aspecto fundamental del filme, sino la temática que éste trata, la homosexualidad.
Usando la metáfora de la dificultad de relación entre un vampiro y un humano, en realidad habla de la dificultad de la relación entre personas del mismo sexo. Además, situarla en los años 80 tampoco es inocente, pues es la época en que la comunidad homosexual mundial estaba atenazada por una plaga, la del SIDA, asociada a la sangre y los fluidos corporales, como la transmisión del vampirismo, de ahí la alegoría.
Así, aunque la película es una suerte de Romeo y Julieta retorcida -esta obra es explícitamente mencionada en la película-, la barrera entre el amor de estos dos amantes es mucho más compleja de lo que pueda parecer a simple vista.
Y mira que a simple vista, ya es complicada la cosa, eh.
La mayor parte del acoso que recibe Oskar en el colegio no se sabe de dónde proviene. Asumimos que los chicos que lo acosan son unos sádicos y punto. Lo insultan llamándolo "cerdito" y lo torturan de mil formas diferentes. En fin, cualquier gay cuya condición haya sido "descubierta" en el colegio sabe lo que es pasar por todo esto. E incluso más.
Sin hablar del hecho de cómo en los 80 salir del armario para un gay era casi como si un vampiro decidiera mostrar en público su condición.
Nada de esto, por cierto, se trasladó a la versión americana, en la que el tema a tratar pasó a ser la religión.
Y por supuesto, en la versión española quedó diluido en las aguas de la traducción y el doblaje.
Una pena.
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