Stranger Things más que una serie, parece un concurso. Un concurso que se puede resumir en "a ver si adivinas qué estamos homenajeando ahora". De hecho, poca gente que la haya visto o la vaya a ver habla de su argumento, de sus personajes, de su arco dramático... no, de esta serie sólo parece importar qué escenas se parecen a E.T. o a Poltergeist.
No digo yo que eso sea malo, pero sí corre varios riesgos. Toda la serie se la pasan alardeando de este efecto: pósters por aquí, escenas de películas por allá, la contraportada de un libro y nadie dice su título sólo "vaya, ese perro tiene mala leche" para que el espectador juegue a acertar qué libro es sólo viendo en la contraportada la foto de su autor (Stephen King). Y, claro, el espectador se siente muy listo y realizado cuando en su cabeza suena la palabra "Cujo"... y ése, y no otro, es el gran valor de esta serie.
Que, insisto, no digo que sea algo malo, hacer un concurso a ver quién sabe más de la cultura pop de los 80 mola bastante. Pero, claro, en teoría una serie debe ser algo más que eso. Y en ese sentido, creo que esa ofuscación por decirnos "eh, mirad qué homenaje estamos haciendo ahora" hace que el espectador se pierda muchas otras cosas, que los árboles no le dejen ver el bosque.
Pero, ¿hay un bosque que ver en Stranger Things? ¿O son sólo unos pocos árboles tapando la nada más absoluta?
En mi próximo post doy mi opinión al respecto.
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