lunes, 13 de diciembre de 2010

Disney

"When you wish upon a star".

¿Qué piden los personajes Disney a las estrellas? Ser blancos, caucásicos, de pura raza, sin minusvalías y, si puede ser, lo más guapos posible.

Que Walter Elías Disney era racista y sometía a sus empleadas a constante acoso es algo que todo el mundo sabe. Sin embargo, su producción cinematográfica logró eclipsar estos aspectos oscuros de su personalidad. ¿A quién le importa que fuera un antisemita convencido si nos regaló al ratón Mickey? Pues eso.

Pero es que su obra cinematográfica es, cuanto menos, más preocupante aún que su comportamiento. Porque, a fin de cuentas, su comportamiento es suyo y de nadie más, pero con las películas Disney se ha adoctrinado a generaciones enteras de niños (tú y yo incluidos).

Vamos, Disney se lo montó mucho mejor que ese tal Hitler, que la lió parda para nada, mientras que Disney murió en su cama (o en su congelador, aún no tengo claro ese punto) siendo idolatrado por las masas.

En esencia, las películas Disney hablan todas de lo mismo: más te vale ser una oveja más del rebaño o lo llevas claro. Si eres extraño, diferente, de otro color o con alguna minusvalía, más te vale desaparecer.

A los hechos me remito.

En las películas Disney ningún personaje “diferente” logra sus objetivos. Todos son vilipendiados y apedreados hasta que logran encontrar la manera de “encajar” en el modelo, esto es, de hacerse uno más de la cadena.

La Bestia no puede conseguir a la chica siendo un bicho feo y peludo, tiene que convertirse en un monísimo caucásico para que la cosa funcione. La Sirenita no puede ni por asomo aspirar al príncipe mientras no remedie su “minusvalía”, esto es, su falta de piernas. Una vez tiene piernas, como todo el mundo, entonces encaja y ya puede lograr sus sueños. Pobre Pinocho, cuyo sueño es ser “un niño de verdad”... ¿por qué cojones no puede un niño de madera tener los mismos derechos y merecer el mismo respeto que lo demás? Porque la madera es sólo un símil: si eres un niño negro, judío, con síndrome de down o cualquier otro rasgo que te distinga del resto, lo llevas jodido.

Y ahí tenemos al pobre Jorobado de Notre Dame. ¿Qué? ¿Quieres a la cíngara? ¿Te pone la muchacha? ¡Pues te jodes! Eres muy feo así que ella se va con el rubiaco buenorro. Y da gracias si cuando te cruces con ella por la calle y vaya del brazo de su tío bueno de raza blanca impoluta te dirige la palabra.

En Aladdin tuvieron que cambiar la letra de una canción porque la película desató airadas protestas en los países árabes. Y es que ya sabemos que los árabes no aguantan ni media, pero los negros, judíos... esos ya están tan ecostumbrados a que se metan con ellos que ni notan cuando lo hacen.

¿Otro ejemplito? ¿Recuerdas la historia de los indios de Peter Pan? ¿Que dicen que se “volvieron rojos” al besar a una chica? O sea, ellos eran “normales” (blancos) y se volvieron de otro color. Porque todo el mundo sabe que lo normal es ser blanco y el que es de otro color es porque algo raro le ha pasado. Los pobres, deseando que se les quite el rubor del beso para volver a ser blanquitos como Pedro Pan.

Así son las cosas en Disney.

O eran.

Hace un par de años entró en la directiva de esta compañía John Lasseter y dijo “hasta aquí hemos llegado”. E hizo la primera película Diney protagonizada por personajes de raza negra : Tiana y el sapo. Coño, casi cien años ha tardado Disney en hacer una película con personajes de esta raza.

¡Oh, no! Olvidaba los tebeos originales de Mickey Mouse en los que sí aparecían gente de raza negra. Uy, qué descuido, si es que soy de lo menos riguroso escribiendo estos artículos. Para corregir mi error, he aquí algunas páginas de aquellos maravillosos cuentos.




8 comentarios:

Anouk dijo...

Sé que tienes razón... pero es que la infancia es la infancia, y yo no creo que ver esas películas me haya hecho subconscientemente racista u oveja, porque una infancia mas nerd que la mía es, cuanto menos, difícil, y nunca me importo no encajar. Así que, analizándolo, posiblemente Walt Disney fuera todas esas cosas y más, pero lo adultos a veces también nos empeñamos en ver más de lo que ve un niño.
Que conste que no quiero iniciar polémica, eh! Solo es que me rio mucho cada vez que alguien saca este tema. En fin... genial, como siempre xD

Ortuño dijo...

Nada, nada, critica todo lo que quieras, que para eso estamos, tampoco yo pretendo tener la razón. De todas formas, una cosa es la intención aleccionadora y otra que se consiga o no. Es decir, no por leer "Mi Lucha" o ver "El triunfo de la voluntad" uno se va a volver nazi. Pues lo mismo. Al final el ser humano medio, afortunadamente, tiene mucho mejor criterio de lo que muchos se piensan o desearían.

Saludos nocturnos.

Isa dijo...

Estás siendo optimista o me lo ha parecido a mi con "Al final el ser humano medio, afortunadamente, tiene mucho mejor criterio de lo que muchos se piensan o desearían." je,je...No me lo puedo creer, esto voy a utilizarlo contra ti en cualquier momento eh...

Ortuño dijo...

Siempre puedo argumentar que no he definido a lo que me refiero con el "ser humano medio". Además, es el otro medio el que me preocupa... y me provoca el pesimismo.

Saludos confundidos.

Anónimo dijo...

Ortuño, ¿Qué te ha parecido Tron? jajajajaja

Ortuño dijo...

Voy a verla la semana que viene. ¿Y a ti?

Anónimo dijo...

Padre-hijo y espiritu santo. Ya tienes ahi la película. (MUY,muy resumida). xD

Ortuño dijo...

Pues nada, iremos a verla con un rosario.

Saludos místicos.