Total, que aquí ando de nuevo trabajando en la tele. Lo cual me quita bastante tiempo, de modo que no puedo seguir mi terapia de series a cascoporro con la que me atiborro en mis épocas de mayor asueto.
Lo cual no quita para que las noches se hagan más cortas compilando capítulo tras cpaítulo en mi televisor, que ya debe echar en falta algún partido de wáter polo o de petanca, pero él ya sabía lo que había cuando decidió venirse a vivir conmigo. Yo nunca le engañé sobre mis verdaderas intenciones.
Total, que últimamente he visto pocas series, pero de lo poco que he visto quiero destacar alguna que otra cosilla.
Por encima de todo, “Luther”, otra maravilla inglesa (sí, de la BBC, ésa cadena que usa cámaras digitales, desenfoca los bordes de la pantalla y pone siempre a los sujetos en una esquinita del encuadre). Lo mejor es su guión, espléndido como pocos. De hecho, más que una serie es como una película en seis partes, ya que todo está milimétricamente medido: cada decisión del capítulo uno o dos resuelve con maestría acontecimientos del cinco o el seis. Una gozada, vamos.
“The Big C” es otra de esas series nacidas para ganar premios... merecidos. Especialmente para su protagonista, Laura Linney, que hace un cínico retrato de una mujer con cáncer con el que es imposible no emocionarse. Especialmente emotivo es el último capítulo.
Y nada, yo sigo escribiendo guiones para la tele, esa cosa que ocupa medio salón y que tantas alegrías nos da.
Eah, con dió.
2 comentarios:
¿En qué andas Ortuño? ¿Dibujos, una serie, una chirigota, un anuncio para lejía tres sietes?
Pues en un programita para nuestro nunca suficientemente ponderado canal autonómico. ¿Y vos?
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