viernes, 30 de noviembre de 2007

Palomita Mía

Mi primera banda sonora sinfónica fue para el cortometraje de animación "Palomita Mía". Antes había trabajado con pequeñas formaciones, la mayor parte de las veces bastante lamentables y ésta fue la primera oportunidad que tuve de poder desempeñar de forma profesional aquello para lo que llevaba toda mi vida preparándome. Componer para una orquesta sinfónica y dos coros fue sin duda una experiencia por un lado apabullante, ya que por primera vez iba a oír la música tal y como había sido concebida (y no interpretada por una máquina) y por otro lado, agotadora, ya que sacar adelante el proyecto fue bastante duro.

Varias fueron las personas que hicieron posible que la experiencia no sólo acabase saliendo bien, sino que me sienta bastante orgulloso del resultado: Pedro Vázquez, director de la orquesta, un tipo no sólo muy simpático sino un profesional impagable. Supo entender a la perfección la música que yo había escrito y darle una vida que ni yo mismo me podía imaginar fuera posible. Por otro lado, JJ Montero, que es quien convenció tanto a Pedro como a la orquesta para que se embarcasen en este proyecto. Y, por supuesto, el director del cortometraje, Jorge Laplace, que confió en mí para la titánica tarea de componer y orquestar una banda sonora tan compleja.

¿Pegas? Pues, fundamentalmente, dos. Por un lado, el coro de voces adultas que se consiguió era totalmente amateur y, de hecho, no se pudo usar el 90% de lo que se grabó con ellos. Una pena. Por otro lado, el ingeniero de sonido encargado de la grabación nunca estuvo muy por la labor de poner de su parte todo lo que se esperaba. Lo hizo sin ganas, sin creer nada en lo que estábamos haciendo y, la verdad, creo que eso se nota. De hecho, he grabado otros trabajos menores que suenan bastante mejor en sus mezclas finales que este trabajo en el que tanto esfuerzo pusieron otros implicados.

El resultado no sólo contentó a todos, sino que obtuvo un premio a la mejor banda sonora europea de larga duracióm. Un trabajo en el que pusimos toda nuestra alma y que, además, para mí supuso una puerta abierta a otros trabajos musicales de gran envergadura.

Pero eso es otra historia...

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