Resulta curioso que en mi vida los años terminados en 8 (1988, 1998, 2008) hayan sido los mejores de mi existencia.
Concretamente en este 2008 me he mudado a un piso nuevo. Y estoy encantado. No podría ser mejor, la verdad. De hecho, este último post del año lo redacto en mi nuevo despacho, infinitamente más cómodo, acogedor y bonito que el que he tenido los últimos diez años.
En el aspecto profesional tampoco me puedo quejar. He rodado un producto musical de lo más interesante y he estrenado un documental del que me siento bastante satisfecho.

En lo trivial, la proporción de películas magníficas que he visto en la gran pantalla ha sido superior a lo habitual: Camino, The Dark Knight o Wall-E son buenos ejemplos.
La docencia, por contra, ya no me llena tanto como solía hacerlo. Tal vez porque cada vez el alumnado parece menos motivado y con ganas de aprender, mientras se empalagan de soberbia y engreimiento. ¿Qué le está pasando a la gente?
Y, además, cuando creé este blog allá por... pensé que sería una cosa mía para, dentro de unos años, echar la vista atrás y ponerme nostálgico. Y resulta que, sin yo pretenderlo en absoluto, por aquí se pasa todo tipo de gente, en ocasiones con cosas buenas que contar (lasinmotivos, tengo mucha curiosidad por saber quién eres, tus palabras han sido de lo más reconfortantes) y algún que otro reproche más que merecido (sí, soy pedante, aún no he encontrado la cura, pero estoy en ello).
Gracias a todos.
Y ahora, a por el 2009.