jueves, 18 de diciembre de 2008

Mi recuerdo más lejano

Es curioso, pero el recuerdo más lejano de mi infancia en realidad es otro recuerdo.

Recuerdo recordar que me levantaba en mi cunita donde dormía, junto a la cama de mis padres, y me ponía de pie en ella, con las manos apoyadas en los barrotes. Mi madre entraba y abría la ventana del cuarto, dejando entrar la luz.

¿Qué edad tendría yo entonces? ¿Dos años? Pero yo no recuerdo ése momento, sino uno posterior de mí mismo, mayor, recordando aquel hecho.

Por tanto, ¿puedo considerar éste el recuerdo más lejano?

Porque si no, entonces, el recuerdo más lejano es el de estar con cinco o seis años paseando unos perros pertenecientes a mi padrino en Torremolinos.

¿O tal vez esto lo recuerdo porque también lo recordé posteriormente?

Jo, cómo me he levantado hoy.

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