Porque, como guionista, mi experiencia en el terreno de la publicidad

El “cliente” suele tener muy claro cómo quiere su anuncio y aunque (en el 90% de los casos) suele ser una mierda de mucho cuidado, todo el mundo quiere complacerle haciendo exactamente lo que dice. Luego está el “productor”, es decir, aquel al que el cliente paga para que se busque un equipo competente (entre ellos, a veces –no siempre-, un guionista) para llevar a cabo sus maravillosas ideas. Éste es aún peor, porque aunque en su caso sí conoce el medio bastante bien y suele tener conocimientos audiovisuales, con tal de cobrar, no le importa prostituir ni su conocimiento, ni su talento, ni a su gente, para hacer una basura rentable.
Y luego llegamos los demás, que somos ya lo peor de lo peor. Ponemos nuestro esfuerzo, nuestros años de experiencia, nuestros conocimientos... al servicio de una mierda de mucho cuidado.
Hay excepciones, he trabajado en publicidad con empresarios que saben dar a cada uno su sitio, productores que saben poner los puntos sobre las íes y profesionales que ponen todo su esfuerzo y talento al servicio de una buena idea.
Pero son los menos.
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