domingo, 22 de agosto de 2010

Top 5 musicales

En mi vida he visto multitud de musicales, muchos más de los que cualquier hombre heterosexual se atrevería a reconocer, pero como ya he escrito aquí mil veces, son la forma de espectáculo escénico que más me emociona (más que el circo, aunque Cirque du Soleil también me gusta mucho; que la Ópera, el teatro, la danza o cualquier otro tipo de manifestación escénica).

Eso sí, los musicales sólo se pueden disfrutar en todo su esplendor en dos sitios: Nueva York y Londres. Ver las lamentables extrapolaciones que se hacen en la Gran Vía de Madrid o en cualquier otro sitio es al teatro musical como McDonald’s a la gastronomía.

Y de todos los musicales que he visto, estos son los 5 mejores:

Rent

Aunque en ocasiones la historia resulta un poco naíf (¿por qué tenemos que empatizar con unos niñatos que simplemente se niegan a pagar el alquiler... por que sí?) lo que logró Jonathan Larson con su obra póstuma es mítico. Las canciones son impecables y la puesta en escena es tan sencilla que precisamente ahí reside el mérito de la función. Un musical que transmite tan buen rollo que no es de extrañar que la gente lo viese una y otra vez hasta que, desgraciadamente, desapareció de las carteleras.

Avenue Q

El musical más divertido de la historia. Punto. Ojo, y he visto Jerry Springer: the Opera. Hay que ver esta obra dos veces porque muchos chistes no se oyen por las risas del público. Asimismo, el despliegue imaginativo es sencillamente portentoso. El uso de los títeres no sólo está aprovechado al máximo sino que el partido que se les saca –incluyendo a esa casita de muñecas que es la escenografía- hacen que este musical sea también una maravilla plástica y visual. Además, las canciones de este musical tal vez sean las más pegadizas compuestas para una obra. La pega es clara: ¡sólo dura dos horas!



Love never dies

El mejor musical de Andrew Lloyd Webber se llama Love never dies (sí, es mejor que The Phantom of the Opera, Cats, Joseph, Starlight Express, Sunset Boulevard… dios, ¿tanto dinero me he gastado en este tío?). La música, la extraordinaria puesta en escena, los actores, todo en este musical pone los pelos de punta. Bueno, tal vez el libretto hubiera necesitado una revisión más para no ser tan simplón. El uso de las proyecciones es además el más portentoso y original que yo haya visto nunca en un teatro.

The Lion King

La neoyorkina Julie Taymor sigue siendo una de las más grandes visionarias del teatro que existen en la actualidad. En su haber tiene docenas de espectáculos tanto de ballet, como de danza o musicales (y acaba de estrenar el musical Spider-man... ¿WTF?). Ella misma diseñó parte del vestuario y de las máscaras que se usan en este espectáculo shakespereano donde la imaginación desplegada para llevarnos a la sabana africana sólo es comparable con su extraordinariamente bella partitura. Y es imposible que no se te salten las lágrimas presenciando su grandioso comienzo.

Wicked

Sencillamente soberbia. Jamás había presenciado algo tan sublime relacionado con el mundo del espectáculo en ninguna de sus formas. Un show comercial que no por ello adolece de las lacras habituales en el entretenimiento de masas (¿alguien ha dicho Crepúsculo?): un guión inteligente, una puesta en escena espectacular (y me quedo corto, muy corto), una música maravillosa... el final del primer acto es tal vez lo más impresionante y espectacular que yo haya visto jamás, y sospecho que tardaré mucho en ser testigo de algo semejante (el público no aplaude en ese momento, ¡aúlla!). No es de extrañar que sus fans sean legión y que muchos vayan una y otra vez a verlo (yo lo he visto ya dos veces... y no puedo esperar a volver a vivir la experiencia de nuevo). No en vano ha logrado el premio al "Mejor musical de la década".


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