jueves, 2 de octubre de 2008

Diario de un okupa

Estoy viviendo de okupa en casa de unos amigos. Las razones, que no vienen a cuento ahora, no justifican la invasión/intrusión en la vida privada de una pareja que tenía su vida amoldada a un estilo y, gracias a mi llegada, ha tenido que ser reinventada.
Estoy viviendo la época más surrealista que recuerdo, ya que esto ni siquiera se puede considerar "compartir piso". El piso es de ellos, yo ni pago una parte ni nada, sólo lo habito: uso una cama, vacío su nevera, me conecto a su red eléctrica, cambio el canal de su televisor... Ahora mismo escribo en mi ordenador, pero usando su electricidad, su conexión a internet, su mesa, su silla y la luz que entra por su ventana.
Vamos, lo que se dice una ocupacíón en toda regla, que ni la de Irak, vamos.Y así voy a continuar varias semanas más.
Cuando no estoy gorroneando, me voy al cine. Como hoy, que me ha dado por usar sus entradas (es que tienen unas invitaciones para ir gratis al cine, ya ves qué bien) para ver "El niño con el pijama de rayas". Sí, ésa de los nazis y los niños que dan penita... vamos, lo de siempre.
Me sorprende una barbaridad que el libro haya tenido tanto éxito, no porque no sea nada nuevo, sino porque, además, está contado como siempre. Nada a destacar. La vida contada a través de los ojos de un niño llegó a su cénit con "El guardián entre el centeno" aunque el mundo visto a través de los ojos de Jim Hawkins en "La isla del tesoro" también llegó a altas cotas. Y este panfleto de tesis de guardería no les llega ni a... El caso es que esta chorrada peregrina ha hecho millonario a su autor. Qué cosas.
Y el deja vú es total si encima la música la hace el morcillero (por lo que se repite) James Horner. Joder, es que a veces creía que estaba viendo "Una mente maravillosa", ¿cómo le siguen pagando a este hombre por fotocopiar las partituras que hizo en el 89 y seguir pasándolas por nuevas? Es que hasta las puñeteras cuatro notas que le robó a Prokofiev de "Alexander Nevski" vuelven a sonar en la escenita del entierro.
Y eso que ha sido gratis, que si encima me llegan a cobrar por verla...

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