Como todas las pelis de Hugh Grant donde al principio lo odias porque es así o asá (normalmente egoísta, listillo, rufián) pero poco a poco descubrimos su corazoncito (normalmente se enamora) y al final lo adoramos. Esta peli va de un tío al que odias en principio pero poco a poco, a medida que la peli avanza acabas detestándolo para al final tenerle pura aversión. Como Damon quería una nominación al Oscar como mejor actor de una puñetera vez (aunque ya tiene uno como mejor guionista... espera un momento... ¿Matt Damon es mejor guionista que actor? Ahora lo entiendo todo...) hizo lo que tienen que hacer los actores para que les den premios (DeNiro, la sudafricana rubia cuyo nombre nunca recuerdo, etc): ponerse gordo. La peli es una comedia aunque no lo parezca porque te pasas el rato pensando “vaya, esto es gracioso pero, ¿por qué no me río?”. Yo tengo la respuesta: no te ríes porque en realidad no es gracioso. No significa que la película no sea reomendable, sobre todo porque al acabar mientras los créditos pasan en la pantalla es interesante mirar a la persona que haya al lado porque se le queda una cara de “¿qué coño ha sido esto?”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario