miércoles, 8 de junio de 2016

¿De qué va Enemy?

No, Enemy no va de Donnie Darko, que 15 años después sigue igual de majara.

Enemy en realidad es una historia muy simple, pero contada desde el filtro surrealista que normalmente sólo perdonamos a David Lynch.

En Enemy a Jake Gyllenhaal le pusieron barba para que pareciera mayor de lo que era en el momento de rodar la película, porque ésta va de la crisis masculina de los 40. Ni más ni menos.

En sus clases, Adam (Jake Gyllenhaal) explica que “todo se basa en el control” y que “la historia se repite, la primera vez es una tragedia, la segunda, una farsa”. En la pizarra la palabra “control” está subrayada.


Vive en un piso de mierda al que parece no haber terminado de mudarse, pues aún está todo en cajas y duerme en un colchón tirado en el suelo. Tiene una novia (Melanie Laurent) que le visita por las noches y se va por la mañana. En las cajas tiene recuerdos de la vida de la que ha huido para venirse a este piso, como una foto suya rasgada por la mitad (y donde seguramente estaría la pareja con la que rompió para mudarse a esta nueva vida).

De pronto, un compañero de trabajo le recomienda una película. En el libro, el tipo saca el tema porque realmente se dio cuenta de que Adam sale en ella, con intención de que éste le explique sobre sus escarceos como actor de cine. Pero Adam no dice nada, simplemente se le queda el título de la película y la alquila (en un videoclub donde suena la canción “The Cheater”... el infiel).

En la película descubre a un actor que es igual que él: Anthony Claire (Jake Gyllenhaal otra vez). Son dos gotas de agua. Físicamente, porque cuando conocemos a Anthony nos damos cuenta de que es lo opuesto a Adam. Hasta el punto de que hasta en gustos alimenticios son opuestos.

Y, además, nos enteramos de que ha sido infiel a su (embarazada) esposa en algún punto del pasado. Ella está de seis meses, el mismo tiempo que el recepcionista de la agencia de representación dice que no ve a Anthony Claire.

Anthony y Adam acuerdan verse en un hotel y cuando ambos hombres idénticos se encuentran lo más reseñable es que antes de marcharse Adam le entrega un paquete que le dieron a él (creyendo que era el actor) en la agencia donde fue a buscar la dirección de aquél. Este paquete, que va dando vueltas de acá para allá toda la película, será la clave al final.

Lo siguiente que vemos: el actor empieza a perseguir (a escondidas, lo que viene siendo stalkear) a la novia de Adam mientras éste va a visitar a su madre, que le dice que se deje de tonterías de vivir en un apartamento de mierda y se olvide de esas tonterías de ser actor. Vamos, trata de meterle algo de sentido común en la cabeza.

Adam y Anthony tienen una confrontación, se enfrentan. Y el actor le pide al profesor que le deje acostarse con su novia. Una sola vez. Y luego lo dejará en paz.

Adam accede pero cuando Anthony se acuesta con su novia ésta reacciona violentamente y todo desemboca en un accidente de tráfico.

Ahora hablemos de la línea de tiempo:

La historia de forma lineal es la siguiente:

Anthony es incapaz de afrontar su vida a los 40 (clásica crisis masculina): estar comprometido con una mujer para siempre, haciendo un trabajo que no le gusta... y decide romper con todo. Deja a su mujer, empieza a hacer películas como actor, se liga a una chica (la escena del actor siguiendo a la chica es realmente cuando se la estaba “trabajando” para ligársela) y se va a vivir a un piso. Se convierte en “otro hombre”, incluso cambia su nombre (de hecho, como actor firma sus obras con un nombre artístico). Pero cuando su nueva novia descubre que aún está casado discuten desencadenando un accidente en el que la chica muere y él se queda con una cicatriz.

Después de esto, el sentido común vuelve a él, que regresa con su esposa y ésta se queda embarazada.

Seis meses después “la historia se repite, la primera vez fue una tragedia, la segunda, una farsa”. La crisis pugna por salir, la duda se apodera de él, el doble vuelve a aparecer.

Pero aquí es donde llega la palabra clave: CONTROL. Él hace lo posible por controlar a su “doble”. Lucha con él y tiene un enfrentamiento: recordemos que el diálogo que mantienen ambos antes es “ensayado” por uno de ellos ante el espejo... en realidad, siempre ha estado ante el espejo, pero en su cabeza habla con su “otro yo”, el que pugna por liberarse de la “opresión” a la que se siente sometido por su mujer, su trabajo, su vida en general.




Es como un niño, que juega con una caja de cartón pero “en su cabeza” esa caja de cartón es un coche. Igual. Adam (o Anthony) habla consigo mismo ante el espejo pero en su cabeza ese reflejo es otra persona. Si has pasado por la crisis de los 40 sabes que esto es así casi al cien por cien. Esa crisis nos divide en dos personas diferentes: la responsable que quiere asumir sus responsabilidades, continuar con su vida junto a la persona que ama... y la idealista que teme envejecer y se aferra como puede a una juventud que ya nunca volverá.

Adam va a la casa del actor. Su casa, claro. Allí se intercalan las escenas de él pensativo, claramente angustiado por sus pensamientos, con la discusión y posterior accidente de coche del actor y la novia. En realidad no son acciones paralelas. Adam está recordando el accidente que sucedió hace seis meses y que le dejó la cicatriz en el torso. Y esto es lo que más le hace dudar. Aquello acabó en tragedia, ¿de verdad quiere repetirlo?

Su mujer sale y, sabiendo lo que le pasa, que ese otro lado pugna de nuevo por salir, le pide: quédate.

Las llamadas del uno al otro al principio no son más que la pugna del “otro yo” interior por salir de nuevo. De hecho, la primera vez que Adam y Anthony hablan por teléfono su mujer le pregunta si está ocurriendo “otra vez” pero él explica que no, ante la incredulidad de ella.

Por tanto la película trata un suceso pasado (la ruptura, la mudanza de él, su flirteo con la interpretación, la novia, el accidente) como muy presente ya que pugna por suceder de nuevo, pues el hombre vuelve a ser atacado por la ansiedad y la angustia de la crisis de los 40. Recuerda su vida como fue hace seis meses, cuando perseguía a la chica en el autobús hasta que acabó ligándosela, cuando follaban juntos en su piso de mierda, cuando actuaba en películas... pero al final decide quedarse.

¿Seguro?

Algo que hacía cuando se le fue la olla y abandonó a su mujer era ir a un club nocturno con show de señoritas (y una vez incluso se llevó al portero de su edificio). Le mandaban una llave por correo y con ella podía entrar en el sitio donde se organizaban las orgías.

Y cuando al final parece que ya ha tomado la decisión de no volver a hacer locuras, sentar de una puta vez la cabeza y aceptar sus responsabilidades como el adulto que es... Descubre una llave que le llevaba esperando en un sobre seis meses.


De nuevo, la tentación.

¿Y qué coño son las arañas?

Lo bueno de que la película esté basada en un libro es que podemos recurrir a él en busca de respuestas. Aunque la cinta dista mucho de su referente literario, en él hay un personaje que habla con el protagonista: su sentido común. Sí, el sentido común es un personaje más de la novela... que no aparece en la película.

¿Seguro?

Para acabar de entenderlo me encuentro esta entrevista al director http://www.elconfidencial.com/cultura/cine/2014-03-28/la-arana-que-escapo-de-la-cabeza-de-jose-saramago_108017/ donde dice esto:

"La araña representa la inteligencia. Yo soy el principal responsable de la irrupción de la araña, aunque a algunos no les pareció buena idea. Es un monstruo, pero debía reflejar un tipo de sabiduría e inteligencia.”

En efecto, en el libro no hay arañas, pero sí el “sentido común” o “la inteligencia” como la describe Villeneuve.

Muchos quieren ver en las arañas una representación de las mujeres, pero no. De hecho, en la primera escena, las mujeres del club porno lo que hacen es... pisar la araña. Matan el sentido común del protagonista. Es un hombre que cae en la tentación, que se deja llevar por las pasiones y éstas anulan su inteligencia. Las arañas pugnan por sobrevivir, pero de alguna forma la tentación vence.

Aunque no siempre, el accidente marca el punto y final de su aventura y su regreso al “sentido común”. Por eso, la telaraña en el cristal.


La gran araña gigante aparece justo después de que su madre le abronque por su falta de sentido común y aporte cordura a su comportamiento. De hecho, esa araña está inspirada por el monumento de Louise Bourgeois llamado “Mamá”.



Cuando parece que la araña ha ganado, que ha vencido el sentido común y que Adam se dejará de tonterías, aparece la llave. Y él dice “creo que saldré esta noche”.

¿Y cuál es la reacción de la araña-sentido común? Miedo.


Y es que ya sabemos lo que el club sexual hace con el sentido común de este hombre. Lo pisotea. Normal que tenga miedo.

De hecho, en la escena final el hombre no atiende la llamada de su madre. Mamá, la gran araña. La voz de la razón.

Veamos todas las apariciones de arañas en el filme (por alguna razón, los vídeos incrustados en estos blogs sólo se reproducen en ordenadores, no en dispositivos móviles, sorry) :

  
La película comienza con una cita en pantalla: “El caos es el orden sin descifrar”. Espero haberte ayudado a descifrarlo.

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