martes, 27 de octubre de 2015

Fargo, temporada 2, capítulo 1 (segunda parte)

  El segundo acto del capítulo arranca presentando a los Solverson. 

  La primera temporada estaba protagonizada por Molly Solverson. Aquí es una niña pequeña que escucha el cuento que le narra su padre. Soberbia esta presentación, con planos de diferentes estancias de la casa vacía. La casa de los Solverson también será un gran personaje en la historia, es quizás después de Lou el Solverson más importante de todos, y es el primer miembro de la familia que se nos presenta hasta llegar a los Solverson humanos, que se nos presentan en... ¿pantalla partida? Ya hemos visto este recurso en el capítulo y aquí siguen jugando a ello.


  Lou cuenta un cuento a su hija (de muy mal rollo, por cierto, como todo en esta serie) mientras su mujer (que sufre un cáncer que la obliga a acudir a quimioterapia) recoge la casa. 

  Lou es tan resuelto y decidido como Molly (su hija) en la primera temporada. Intuitivo, cuidadoso, sin duda un gran agente de policía. Como haciendo honor a su apellido, Solverson, ambos nacieron para resolver los casos que se propongan. 

  Cuando acude al lugar del crimen, apenas usa palabras más allá de "Sí", que pronuncia cada vez que ata cabos en su cabeza (y como dijimos que aquí además de tragi, hay mucha comedia, ahí está ese pobre camionero para aportarla diciendo gilipolleces mientras Lou lo ignora y recompone el puzzle del crimen).


  Su suegro, Hank Larsson (Ted Danson), es su jefe en la policía y también acude a la escena del crimen a investigar. No tarda Lou en tener una primera idea de lo que allí ha sucedido (aunque incompleta aún, claro está) mientras que a Hank lo que le llama más la atención es un zapato (de Ray cuando fue atropellado) que hay en un árbol.


  Y de ahí, a un nuevo escenario donde conoceremos nuevos personajes que tendrán un papel también protagonista esta temporada. Ed, el carnicero, que se despide de sus compañeros de trabajo. Como siempre en esta serie, cada escena es digna de museo y ésta no lo iba a ser menos, con esos repetitivos "Okay then" que serán el santo y seña de este peculiar negocio. Por cierto, inmenso el personaje de Doreen, que no hace otra cosa más que leer su libro de Camus.

  Okay then. Sigamos.

  De ahí acudimos con Lou al centro de veteranos de guerra de Luverne, donde se sienta a tomar algo con dos colegas. Así descubrimos, de esta forma tan sutil, que Lou es veterano de guerra. Uno de sus amigos, Karl, es el típico cuñado con teorías conspiranoicas para todos los gustos. Lo mejor de todo es que da de pleno en el meollo del asunto. Como bien dice, el crimen del Waffle Hut es sólo el principio, "quieren que creas que fue un atraco" pero él sabe que hay mucho más detrás y que se verá con el tiempo. Vamos, parece que se hubiera leído los guiones de la serie el tío. Y todo ello con aviones de guerra de fondo. 

  
  Porque te voy adelantando una cosa: esta serie trata de la guerra. De América. De su Historia. Pero, sobre todo, de sus guerras.
  
  De hecho antes de que llegue Lou Karl está hablando de la industria militar. Faltaría más. 

  De ahí vamos a Ed, que regresa a casa, donde su mujer (una impresionante Kirnsten Dunst en uno de sus mejores papeles) lo espera con la cena lista. Ed es lo opuesto a los Gerhardt. Allí el poder lo es todo, mientras que Ed es un conformista que es feliz con lo poco que tiene. Aunque tiene aspiraciones (comprar la carnicería en la que trabaja, tener hijos) son muy mundanas y para nada desmedidas. De hecho, cuando Dodd llega a su casa lucha por su "silla" a la derecha del padre, del cabeza de familia, mientras que Ed llega y todas las sillas están ocupadas por revistas de su desquiciada esposa, pero él ni se molesta en quitarlas o protestar, simplemente coge otra silla alejada y la acerca a la mesa. Un tipo sencillo, que no se complica ni le gusta discutir.


  Su mujer, Peggy, es todo lo contrario: una tarada de mucho cuidado. De hecho, descubrimos que fue ella quien atropelló a Rye y se dio a la fuga con el cadáver sobre el capó del coche, y ahora tanto el coche como el cuerpo están en el sótano.

  De nuevo se repite el esquema. La serie empieza con unos personajes que parecen van a ser los protagonistas y ¡bum! los verdaderos protagonistas aparecen de pronto arramplando con los otros.

  Pero Rye sigue vivo, y cuando Ed baja a ver qué ocurre se lo encuentra como un animal herido. De hecho, la pista sonora utiliza sonidos de animales salvajes y la puesta en escena usa como excusa una linterna en mal estado para mostrárnoslo a flashes, que subrayan su condición "animal" (ay, qué sería de Fargo sin las comparaciones de personajes con animales, ver este post al respecto). De hecho, Peggy le dijo a Ed que lo que había atropellado era un ciervo

  Hay una lucha a muerte en el garaje entre Ed y Rye... que acaba con el primero apuñalando al menor de los Gerhardt. Una vez muerto Rye llega un sonido que nos es familiar. Un motor mecánico. ¿De una lavadora? En la primera temporada era ese electrodoméstico el que se asociaba a Lester Niggard. ¿Y ahora? ¿Qué estamos escuchando? 

  Sigamos. 

  Su mujer se le acerca por la espalda y Ed, en estado de tensión, se da la vuelta bruscamente y golpea a su mujer en un ojo. Esto le causará un moretón que irá creciendo de ahora en adelante. Sí, como la herida en la mano de Lester. Y es exactamente igual. El mal ha entrado en esta casa. Los ha infectado, y esta contusión en plena cara de Peggy será su manifestación física.

  El motor que escuchamos es el de la cámara frigorífica de la pareja, que se convertirá desde ahora en sus Eríanes particulares. Estos sonidos se convierten a partir de ahora en símbolos de la fatalidad. E igual que la lavadora, ya no serán diegéticos sino que, igual que la música ambiental, servirán para acentuar ideas y emociones a lo largo de la narrativa.

    Cuando Ed pide explicaciones a su mujer ella dice que "le entró el pánico" pero en flashbacks con pantalla partida vemos que de eso nada, ella estaba la mar de tranquila. Condujo a casa con un cadáver en el capó, se arregló, preparó la cena, siguió con sus revistas, limpió las manchas de sangre de su vestido... como si tal cosa. 

  Ella propone huir. ¿Dónde? ¡A California! Es el lugar ideal, ¿no? Mira qué imagen tiene ella en su espejo.


  ¿Y qué hay en Hollywood, California? Pues, no sé, ¿Ronald Reagan, por ejemplo? De nuevo, encarnando la esperanza. 

  Pero lo dicho, Reagan aún no ha llegado, lo seguimos esperando. De esperanza, por ahora, nada.

  Porque él no se quiere ir. Un rápido flashback a la carnicería y los maravillosos "okay then" de sus compañeros de faena le convencen de que no quiere irse de allí. Su presente, su pasado y su futuro están allí. ¿Y ella qué responde?

  Okay then.

  Volvemos con los Solverson. Maravillosa puesta en escena con ella en la zona cálida del fotograma y él en la fría (le nieva sólo a él) mostrando de un plumazo cómo se siente cada uno.


  Él va a la cama y el capítulo termina igual que lo hiciera la película original que dio origen a todo este universo. La pareja, aún enamorada tras muchos años de matrimonio, dice unas últimas palabras acostados antes de dormir. Lou da las buenas noches a su mujer "y a todas las naves del mar" en alusión a un programa de radio de la época. La ironía es que en la película Marge llevaba una nueva vida en su interior, mientras que la vida de Betsy aquí se está apagando.

  Mientras tratan de conciliar el sueño... el terrible sonido del motor reaparece. 

  Y es que aquí no acaba la cosa. Acudimos a la casa de los Gerhardt donde la vida del patriarca también parece apagarse.


  Y el epílogo final. Una nueva amenaza. La del clan del crimen organizado de Kansas City que planea expandirse absorbiendo a los Gerhardt ahora que están débiles. Y si hace falta matar, se mata. 


    Este diabólico plan es sentenciado por la última palabra pronunciada en el episodio: APROBADO. Dicha por una figura que no vemos, que se esconde en las sombras. Este clan simboliza la nueva América, la América corporativa que tratará de absorber a la antigua. Otra guerra, en este caso, la de lo nuevo contra lo viejo.

  Ésa es la nueva temporada de Fargo.

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